Gracias a su estructura en grano y al bajo contenido en agua, el Parmigiano Reggiano es el mejor queso del mundo, incluso en términos de duración y conservación.
Su capacidad para perdurar en el tiempo es una característica que ha contribuido a su prestigio a lo largo de los siglos.
Nuestro Parmigiano Reggiano se envasa y se entrega a nuestros clientes en un plazo de tiempo muy breve, tras la recepción del pedido por parte del cliente. Una vez recibido, se recomienda conservarlo en el frigorífico para preservar todas las características aromáticas y organolépticas.
El Parmigiano Reggiano envasado al vacío se puede conservar a una temperatura de entre 4 y 8 °C. Es importante asegurarse de que el envase está sellado e intacto y que no está expuesto al aire.
Una vez extraído de nuestro envase al vacío, debe conservarse en el frigorífico a un temperatura de entre 4 y 8 °C.
El Parmigiano Reggiano mantiene intactas sus propiedades organolépticas si se conserva:
Para una conservación óptima, recomendamos el uso de envases de vidrio o plástico.
Otra solución práctica consiste en envolver el Parmigiano Reggiano en una película Parma Parmesan específica o en un paño de cocina de lino o algodón, seco y limpio.
Si se respetan las recomendaciones arriba mencionadas, el Parmigiano Reggiano puede conservarse durante un largo periodo de tiempo; recordamos que es necesario revisar periódicamente que se mantienen las condiciones recomendadas. Es aconsejable no congelar el queso.
El Parmigiano Reggiano envasado al vacío se puede conservar en el frigorífico durante varios meses. Nos encargamos de especificar en el envase una fecha de consumo, denominada TMC o Fecha Mínima de Conservación, precedida de la frase « consumir preferentemente antes de...»
Una vez abierto el envase, o en el caso de comprar una porción de queso ya cortada directamente de la pieza, las indicaciones y sugerencias sobre el periodo de conservación del Parmigiano Reggiano varían en función del grado de humedad del frigorífico en el que se conserve. Para un queso un poco más joven (13-14 meses) y por tanto con más humedad, la conservación puede ser de aproximadamente 20 días.
Un Parmigiano Reggiano con una curación clásica (24 meses) puede conservarse incluso durante unos 45 días. Si nota un poco de moho sobre la superficie, puede eliminarlo con un cuchillo y el producto puede consumirse tranquilamente sin duda alguna.